
Ante la inminente urgencia por salvaguardar la biodiversidad que nos ha sido heredada por millones de años de procesos evolutivos, la ONU ha declarado al 2010 como el Año Internacional por la Diversidad Biológica.
La palabra biodiversidad se refiere a la variedad de especies vivas en el planeta. Esta gran diversidad consiste de millones de especies biológicas que son resultado de 4 000 millones de años de procesos evolutivos en la Tierra. El ser humano es biodiversidad y no podría existir de no ser por la inmensa red de microorganismos, mamíferos, aves, plantas y hongos, entre muchas otras cosas que existen fuera y dentro de su entorno inmediato (ya sea rural o urbano), y que interactúan para lograr la supervivencia de su medio natural. Por dar un ejemplo, de no ser por los insectos, no existiría un gran número de plantas que necesitan ser polinizadas, y de no ser por estas, el hombre no tendría alimento para mantenerse con vida.
Cuando tomas un jugo de naranja por la mañana estás consumiendo biodiversidad. Si a la hora de comer, decides preparar pasta y al momento de cenar, comes un poco de pan, estás consumiendo derivados del trigo; estás consumiendo biodiversidad. Así mismo, muchos de los muebles que usamos en nuestra vida diaria provienen de árboles, y nuestras ropas de fibras naturales como el algodón, por lo que queramos o no, nuestra forma de vida está íntimamente ligada a la variedad de especies vivas que existen a nuestro alrededor.
Aún la ciencia no ha podido determinar el número de especies de organismos existentes en los diversos ecosistemas del planeta; se estima que existen entre 2 y 100 millones. La verdad es que incluso los científicos poco saben sobre las distintas especies que existen y sus funciones dentro de sus respectivos entornos. Por dar un ejemplo, en la década de los 80´s, se realizó un estudio de sólo 19 árboles en el bosque tropical de Panamá, donde se pudieron encontrar 1,200 especies distintas de escarabajos, de las cuales el 80% eran desconocidas para la ciencia hasta entonces.
Como sabemos, cada día se ejerce más y más presión sobre los recursos naturales y los ecosistemas donde estos se encuentran, poniendo en riesgo miles de especies que incluso tal vez aún no se conozcan. El consumo creciente de carne necesita de extensas áreas de terreno para pastoreo que comunmente son “tomadas” de bosques o selvas. El mercado actual de aceite de palma sustituye el hogar de miles de especies tropicales por monocultivos donde sólo crece una especie vegetal. Así, hemos cazado, talado y exterminado, animales, flores, árboles para obtener medicina, suvenirs, objetos de lujo, y alimento. Por si fuera poco, el cambio climático inducido por la actividad industrial del hombre, será una amenaza real para todas aquellas especies que no logren adaptarse a los cambios que enfrentarán durante los próximos años.
Sin embargo, no todo está perdido y existen proyectos de conservación y restauración en todo el mundo que resultan inspiradores. Al unir las piezas de un complejo rompecabezas ecológico, el biólogo Willie Smits ha encontrado una forma de hacer crecer bosques tropicales talados en Borneo, rescatando a los orangutanes locales -- y creando un emocionante plano para restaurar ecosistemas. Investigadores como Jane Goodall, quién ha trabajado con chimpanzés por décadas, han desarrollado proyectos de conservación que nos hacen analizar nuestro actual modelo de desarrollo. Ellos son sólo algunos ejemplos de lo que una persona es capaz de hacer para proteger su entorno. Si bien el hombre es la especie más voraz y destructora que existe, también es cierto que tiene la capacidad de resolver los más complejos problemas a los que se pueda enfrentar. Es nuestra obligación el proteger a las millones de especies con las que compartimos el planeta.
Te invitamos a visitar la página oficial del Año Internacional por la Diversidad Biológica.
Crédito fotografía: Dom Dada